Para la gran mayoría de las personas la palabra conflicto está asociado a problemas, desencuentro y sufrimiento. Para muy pocas personas gestionar un conflicto es una nueva oportunidad de mejora, un reto o un momento positivo que puede generar un cambio en su vida. Personalmente y creo que por fortuna, me considero dentro del grupo de personas que vive cualquier tipo de conflicto como un reto. Sin duda, esta forma de ser, me va a llevar a un crecimiento personal, a una nueva visión del aspecto en cuestión, que me permitirá tener un conocimiento y un entendimiento mejor, sea lo que sea.
Esta manera de gestionar un conflicto siempre me ayuda a tener una visión más amplia de las cosas, me permite ver el árbol y ver el bosque. En muchas circunstancias, aporta una visión más amplia con más recorrido en el enfoque para la búsqueda de la solución o soluciones del problema que está sobre la mesa en cada momento.
«En la gran mayoría de los conflictos no existe una única salida o solución al problema que se plantea»
Digo solución o soluciones porque en la gran mayoría de los conflictos no existe una única salida o solución al problema que se plantea. Existen varias alternativas que, cuando se ven una a una por separado, a veces nos sorprenden, e incluso pueden generar otra salida o solución que es diferente a las planteadas y que, en algunos casos, es la que finalmente se elige.
Desde mi punto de vista este enfoque de la búsqueda de soluciones a los conflictos permite un abanico más amplio, más flexible y con muchas más posibilidades de encontrar una solución más beneficiosa para las partes implicadas. Si nos cerramos en vivir el conflicto como un problema, una carga o un sufrimiento, las probabilidades de solución se reducen de manera significativa.
Según el talante manifestado por las personas frente a un mismo suceso, hay quién se hunde en una depresión y otras, en cambio, frente a una misma realidad, salen fortalecidas y sacan una lección de vida que les permite vivir la solución al problema y salir adelante.
«La solución está en no preocuparse, sino en ocuparse de vivir la solución«
Y yo te pregunto, en tu vida ¿dónde pones el foco? ¿en vivir la solución al problema o prefieres seguir reviviendo el drama que causó el conflicto?. ¿Te has planteado cuánta energía malgastas si te centras en vivir el problema y no vives la solución que ya has descubierto?. ¿Cuánto tiempo pierdes en seguir dándole vueltas una y otra vez sencillamente porque buscar otra alternativa supone que tienes que salir de tu zona de confort?. ¿Has pensado que el cambio empieza por pequeñas cosas pero mantenidas en el tiempo?. ¿Eres consciente de que en las posibles salidas que ese conflicto que tanto te preocupa, la solución está en no preocuparse, sino en ocuparse de vivir la solución, pero con enfoque?.
Cuando sientas que tú cabeza gira y gira pre-ocupándose, es el momento de parar y ocuparse de vivir la solución, esto significaría que dejas de dar vueltas como en una noria y te centras con enfoque en vivir la solución. Inténtalo, seguramente la solución está más cerca y es más fácil de lo que crees.
Hay muchos ejemplos de modelos para gestionar un conflicto, casi a demanda, según sea el motivo que tú crees que puede ser la fuente del mismo. Aquí te dejo algunos enlaces que te pueden ayudar según lo que estés buscando ¡mucho ánimo!.
Gestión de conflictos – Wikipedia