Desde la aparición del virus COVID-19 en nuestras vidas a lo largo y ancho del mundo, el sentimiento de incertidumbre nos acompaña yo diría casi de modo permanente, pero aun así siempre podemos elegir afrontar el futuro con esperanza.
La situación que ha provocado la propagación del virus ha puesto “patas arriba” casi todo en lo que teníamos puesta nuestra seguridad, en lo que asentábamos nuestro modo de vivir. Todas las áreas personales se han visto afectadas especialmente la libertad de movimiento, las relaciones personales, familiares, laborales y también las expectativas.